miércoles, 27 de agosto de 2008

ADICTO AL SEXO (3era. parte)

En cuanto entró el encargado de la cámara, observó que me encontraba con los pantalones por debajo de las rodillas y que "la compañera" se cubría el pecho con una mano, mientras con la otra trataba de subirse torpemente el pantalón.

Me subí los pantalones y con mi cuerpo trate de tapar a la compañera para que se vistiera, ya que la cara del encargado cada vez se ponía más y más excitada. Imaginaba en mi mente al encargado empujándome y lanzándosele encima a "la compañera"... afortunadamente eso no paso. Lo que si paso fue que el encargado nos llevo a la oficina del director de carrera, todo esto después de haberme hecho limpiar a mi ejercito blanco y de sermonearnos sobre lo que nos esperaba a tal punto de hacer llorar a "la compañera".

Llegamos con el director de carrera. Entramos, el encargado cerro la puerta y se soltó a rajar todo lo que había pasado. Aún sigo sin entender porque hiso eso, tal vez hubiera sido más fácil que llegáramos al acuerdo de que se tronara el también a "la compañera" y ya, todos felices y contentos, en fin, esto no paso. El director, con cara de imbécil asombrado, dijo que lo tenía muy extasiado la situación, que en todos sus años de carrera laboral nunca había visto nada semejante (pobre pendejo entonces, es el ser mas pinche aburrido y nefasto que he conocido en mi vida).

Después de soportar otro sermon del director y más lágrimas de la compañera dio su sentencia. Seriamos expulsados de la universidad, ya que es una de las cosas mas prohibidas en cualquier universidad del mundo. De pronto, me vino a la mente aquel mítico Tyler Durden y sus respuestas, entonces mi mente comenzó a trabajar.

- señor director, no puede corrernos- dije imponente
- ¿que dices? ¿acaso no ves lo que acabas de hacer?- contesto sin quitar su cara de pendejo
- si, pero la verdad es que tenemos un problema-
- a si, ¿cuál?- insistía con su cara de pendejo
- soy ADICTO AL SEXO, al igual que "la compañera", por lo tanto, si nos corre, podremos hacer un escandalo en el cual, no nos cansaremos de decir que en la universidad en la que nos encontramos, no aceptan a las personas enfermas y los corren, solo para poder conservar la imagen "respetable" que tiene.-

El imbécil del director se quedo callado, pensando. Trato de hacer uso de su psicología y comenzó a preguntarnos la frecuencia con que teníamos sexo, en que lugares lo hacíamos. Puras pendejadas al final de cuentas. Contestamos sin reparo. Afortunadamente "la compañera" entendió lo que trataba de hacer y continuo contestando. El director escucho y continuaba preguntando. Después de un rato de puras pendejadas patrocinadas por el director, por fin dijo:

-Esta bien, les creo. No los puedo correr, tienen una enfermedad y no corremos a nadie por estar enfermo- El día se volvió a iluminar. La alegría se poseía de mi. - Se quedaran en la escuela, nadie se enterara de este acontecimiento, pero... tendrán que asistir a grupos para adictos sexuales.

Ahora, sin ser adicto, asisto a un grupo donde las "recaídas" son constantes y soy participe de ellas. El tener sexo sin tener que gastar en un hotel y ahorrando todo el maldito preámbulo de la cena, la platica, el conocernos y demás, hace que disfrute aún mas el sexo.

Al parecer a "la compañera" también le agrado demasiado el grupo, ya que, de igual manera, tiene constantes "recaídas", con hombres, que ella me dice, le parecen bastante interesantes y sin ningún compromiso, además de que aprende nuevas cosas.

La estancia en el grupo es voluntaria y no se cobra nada, es justo como cualquier otro grupo contra algún tipo de adicción. La escuela sigue, al igual que el director y el encargado. "La compañera" prosigue con sus clases y yo... bueno, yo sigo teniendo sexo cotorro y gratis.

ATTE: SEÑOR SIN SENTIDO Y SIN PERTENENCIA