viernes, 2 de mayo de 2008

VAYA DIA

Desperté en un lugar desconocido. La cabeza me dolía al punto que sentía que reventaría. Trataba de moverme pero sentía mi cuerpo inmensamente pesado. Revise bajo las cobijas el porque de la pesadez y observe una piernas, unas bellas piernas bien torneadas. Cuando volteo, era una espalda la que estaba junto a mí, era una mujer, mi rosa Venus. Levante un poco la cabeza y logre ver que en el suelo había tiradas botellas y cervezas vacías en el suelo. El olor a cigarro era penetrante en el cuarto. No sabia como había llegado ahí y mucho menos, como logre meter tanto alcohol en ese cuarto.

Pude desenredarme de esas bellas piernas que aprisionaban mi cuerpo. Me levante y fui a orinar. Me sacudí la polla y regrese. Al volver al cuarto vi que en el suelo, aparte de las botellas de alcohol y cerveza, había tirados condones, colillas de cigarros, la ropa de mi rosa Venus y mi ropa.

Busque un poco de alcohol en las botellas, aunque fuera solo un sorbito, pero no encontré nada. Me acerque a mi rosa Venus, iba a despertarla. Quite el cabello de su cara, esa larga cabellera negra que me excitaba. Cuando lo hice el arrepentimiento me lleno el ser, el frió y oscuridad regresaron. No sabía quien era aquella rosa Venus. Perdemos presión, favor de abrocharse los cinturones de seguridad, estamos apunto del colapse.

Fue ahí cuando los recuerdos regresaron, la historia comenzó a formarse paso a paso y fue así como llegue:

Salí de la escuela y decidí que debía de reventarme unos tragos. Estaba decidido a dirigirme a las cantinas que me acogen como si fuera mi hogar, donde siempre soy bien recibido, pero por alguna extraña razón cambie de opinión y me encamine al peor lugar sobre la tierra, donde solo van las niñitas, donde piensan que el alcohol es juego y no le guardan el merecido respeto…termine en coyoacan. En fin, entre en un barecillo pitero y pedí una cerveza y un herradura blanco derecho. Me chingue el herradura blanco de un madrazo y la cerveza tuvo el mismo final. Me troné la segunda ronda sin reparos. Cuando iba por la tercera, sentí que una mirada insistente se posaba en mi persona. Comencé a buscar al dueño de esa mirada y cuando lo encontré me quede idiota, mi rosa Venus en verdad era hermosa. Me pase a su mesa, le pedí un trago, me lleve el mío y nos lo chingamos. No haré mas larga esta historia, solo basta con decir que terminamos en un hotel. De camino al hotel hicimos dos paradas, una en una farmacia y otra en una vinatería, ya saben lo que se compra en esos lugares.

La penetre como un perro, ellos si saben lo que es bueno. Le pille el culo infinidad de veces. Me susurraba al oído que no parara, los susurros se hicieron gritos y decía “me vengo, me vengo” y se vino. Chupamos, fumamos, follamos, se vino, me vine y dormimos.

Es ahora cuando me pregunto porque no eres tu la que esta en esta cama a mi lado, ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué justo cuando todo marchaba sobre ruedas? Si tan solo me hubieras dicho que es lo que te pasaba, todo seria diferente. Sabias que mi mundo es frió y que solo el alcohol lo calienta, pero cuando llegaste, el alcohol no tenia nada que hacer ante ti. Las mujeres pasajeras no me daban ni la mitad de lo que tú me dabas. Sabias que por ti dejaba todo, pero te fuiste.

Ahora no puedo calentarme, la oscuridad llego con mas fuerza, la soledad hace de las suyas en mi interior y cada vez voy mas y mas adentro de este hoyo. El alcohol no puede combatir contra todo eso, lo traicione y ahora pago las consecuencias. Lo deje por ti y mira lo que me salio.

Me vestí, revise mi cartera y estaba vacía, no tenia ni un puto centavo, mis bolsillos estaban igual. Puta madre, como había llegado a esto. Antes de salir de ese lugar, tome $50 de la cartera de mi rosa Venus y me fui. Me detuve en una tienda y compre una cerveza la cual termine sin complicaciones, para dar paso a un litro de agua, el cual sufrió el mismo destino que la cerveza. Recibí el cambio y note que me habían dando mayoritariamente monedas de uno y dos pesos. Caminando a la parada del camión pase junto a un teléfono de monedas y te marque. Te recitaría todo un poema, había preparado lo que diría, me aventaría al barranco de nalgas y sin espejo, perdería la camisa por ti. Tu celular fue contestado por la voz jadeante de un hombre. No dije nada. Le quitaste el teléfono y contestaste, tu voz estaba llena de placer, tanto que lo contagiabas. Quede paralizado. Colgué.

Las respuestas y aclaraciones se hicieron presentes. Es aquí donde entiendo porque me dejaste. Nunca lograste deshacerte de tus relaciones anteriores, el sentimiento de culpa te venció y regresaste con el. Por mas que yo intentara, nunca lograría hacer que cayeras totalmente enamorada de mi, jamás conseguiría hacer que dejaras atrás el pasado.

ATTE: EL CLUB SIN SENTIDO Y SIN PERTENENCIA

2 comentarios:

Adrian dijo...

Que feo suena eso, que te cambien por otro. Hay problema si agrego su blog???

ESCRITOS DE LA JUVENTUD INDECENTE dijo...

Los momentos perfectos, sobre todo cuando rozan lo sublime, tienen el gravisimo contra de su poca duracion.JOSE SARAMAGO

atte

NO ONE no.007