lunes, 30 de noviembre de 2009

DEPRESIÓN GENERACIONAL

Las elecciones presidenciales se ven aún muy distantes. A contra parte, lo que se percibe muy cercano, es que los partidos políticos tienen tres años para convencer a la gente de sus propuestas.

Uno de los sectores a los cuales debe de enfocarse es la juventud, a los adultos entre 18 y 30 años, ya que es un sector activo que, aunque no es el único, es uno de los más difíciles y puede retribuirles grandes cantidades de votos. Ahora, la pregunta es ¿ese sector de la sociedad está interesado en la política del país?

No culpemos a la juventud sobre su desapego a la política, no atrevamos a tacharla de ignorante, yo creo que el titulo que debemos darle es el de desinteresados. Pero no es un desinterés generado por la ignorancia y poca acceso a la información, es un desinterés generado por los mismo partidos políticos y su pésimo manejo del país.

¿Izquierda o derecha? Para muchos de estos jóvenes es exactamente lo mismo. Ninguno de los dos ofrece vertientes convincentes. Las propuestas han quedado de lado para dar lugar a los dimes y diretes entre candidatos. Por lo tanto, desde mi vago entendimiento, eso no es hacer política.

La palabra política se define de la siguiente manera: actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país/conjunto de los procedimientos y medidas que se adoptan para dirigir los asuntos que afectan a la sociedad o tienen relación con ella. Lo que tienen en común las dos definiciones es que tratan asuntos relacionados a los problemas de un país, cosa que no sucede en México. Problemas en el país creo que hay suficientes como para sobre pasar la cantidad de mexicanos en este mundo. Entonces ¿qué es lo que esperan para comenzar a proponer soluciones?

No debemos de esperar a que las cosas lleguen por si solas, se debe de buscar su propio beneficio y, de ser posible, proponer y actuar desde un plano individual para aportar una pequeña parte del cambio que tanto anhelamos, solo que es aquí donde el desinterés y la indiferencia de la juventud entran. Nos dicen que somos el futuro del país y que debemos cambiar las cosas pero, generaciones anteriores a la actual, tenían el mismo objetivo y fallaron. Se supone que debemos de reconstruir un país que aún no se desmorona, donde sus cimientos son débiles y la estructura cada vez tiene menos fuerza y valor. Pero lo peor sería no hacer nada y ver como termina por derrumbarse el edificio sin hacer nada al respecto.

Desafortunadamente, como lo he venido planteando anteriormente, uno de los temas en los cuales la juventud tiene el menor interés, es en la política. Nos hemos cansado de ver como es saqueado y ultrajado el país con cada nuevo presidente, estamos hartos de ser engañados y traicionados por personas en las cuales depositamos nuestra confianza y esperanza, las cuales terminan burlándose de nosotros. Aún sigo sin entender el por que de satanizar a la gente que no vota. Dicen los expertos que el no votar es lo peor que puede suceder, pero yo les pregunto a ellos ¿por quien votar si ninguna de sus paupérrimas propuestas nos convencen?

Sí, estoy de acuerdo en que la política no es la única salida. Existe una infinidad de opciones para conseguir una mejora personal y, aunque no debería de ser tan individual, es la única a la cual nos hemos acostumbrado. Nos parece inútil pensar en conjunto, consideramos irrisorio ayudarnos mutuamente, pero creo que es parte de lo mismo.

Tomaré como referencia uno de los movimientos más importantes que este país tuvo la oportunidad de vivir. Me refiero al movimiento del 68. Aquella lucha en la cual se veía un despertar intelectual y social. México se encontraba despertando y comenzaba a ser consciente del enorme gigante que comenzaba a tomar forma. Era la punta de flecha de una latino América en las mismas condiciones. Fue la unión de dos de las fuerzas intelectuales más importantes del país, estoy hablando de la UNAM y el Politécnico. No se podía pedir más que la continuación del movimiento.

El gobierno aplaco a base de metralletas y francotiradores. Hizo fuerza de su poder militar que se creía inexistente. Surgieron los sádicos grupos elite y su necesidad por acabar con cualquier persona con ideal socialista o pensamiento de izquierda, lo cual, ellos traducían como destructores de la estabilidad del país. Gran parte de esa fuerza generacional acabó en una triste tarde del día dos de octubre. Así pues, la plaza de las tres culturas, en el mítico y lleno de recuerdos Tlatelolco, vio como fallecía una generación de jóvenes dispuestos a luchar por sus pensamientos y creencias. Después de unos horas llenas de muerte, desesperación, ira, miedo y felicidad por ver como era aplacado el cáncer del país, México era informado sobre las olimpiadas, próximas a celebrarse en aquel mes de Octubre y así, el capítulo se cerro y el gigante se vio derrotado por la ignorancia.

Esa fue la última vez que este país realizó un movimiento con bases fundamentadas. Ahora ya nada es igual. Tenemos el descaro de ir a recordar a todas aquellas personas que trataron de abrirnos los ojos, y lo hacemos través de saqueos a tiendas, destruyendo locales establecidos. Lo peor es que ni siquiera conocen los ideales de aquella generación bañada en sangre.

De igual forma, no debemos de olvidar a los sobrevivientes de dicha lucha social. El lugar que ocupan es privilegiado, decidieron traicionar sus ideas y con esto, a todo un grupo de gente con los cuales compartió gritos y caminatas. Optaron por una vida llena de comodidades donde la carencia es nula y se fotografían con políticos cuya visión es muy diferente a la que ellos tuvieron alguna vez.

Juntando estos dos elementos ¿qué nos queda? Nos queda una tristeza a lo que algún día pudo haber sido, un enojo tal que nos lleva a pensar en la muerte de todos los que traicionaron a sus hermanos de generación y un desapego capaz de permitir que se continué con las burlas nuestra dignidad.

Si la juventud ha decidido no volver a proponer, es simple y sencillamente por que ha comprobado a lo largo de los años que llegará un punto en el cual todo sea traicionado y pierda todo sentido. Observa con desprecio a todos aquellos intelectuales que miran los problemas sociales a través de sus anteojos comprados por su inmensa riqueza. Es un engaño lo que propicia tanto conocimiento que manejan, ya que lo utilizan para llenar sus bolsillos de dinero. Han olvidado que ese dinero ha sido, en muchas ocasiones, a base de toda la gente que inútilmente sigue creyendo en ellos.

Para esta generación, la palabra esfuerzo y dedicación no tiene cabida en su vocabulario. El significado de dicha palabra perdió todo sentido después de ser testigos de la facilidad con que se gana dinero dentro de la corrupción, el robo y secuestro. No le interesa más hacerse de una serie de estudios que bien pueden brindarle un titulo y así buscar un trabajo digno, y claro, esto es culpa de los grandes empresarios el único beneficio que buscan es el de ellos mismos, a los cuales no les importa tener esclavos con el titulo de trabajadores.

Pero en la época actual, un titulo universitario ya no es garantía de nada. Hoy en día tenemos que luchar contra un mundo de individuos que buscan un beneficio al igual que el nuestro, a eso debemos aunarle el que cada vez se ven más lejanos los trabajos remunerados correctamente, esos están reservados para aquellos que tienen la fortuna de tener algún familiar o conocido dentro de las organizaciones.

Es por eso que cada vez estoy más convencido que la generación que abarca un rango de los 18 a 30 años pasa, no por una crisis, sino por una depresión y, recordemos que en la depresión la persona se siente desganada, se siente dentro de un gran hoyo obscuro y sin salida. Lo bueno de la depresión en una sola persona, es que puede ser atendida y curarse, ya sea a través de terapias o medicamentos, pero ¿en toda una generación?

Desafortunadamente el gobierno ha encontrado el medicamento necesario para curar a dicha generación y mantenerlos tranquilos, sedados, pensando que nada pasa y por lo tanto no debemos de preocuparnos por las cosas. Esa medicación es el consumismo y el materialismo. Nuestra dosis nos llega cada vez que encendemos el televisor y observamos una serie de prototipos que nos dicen que la única forma en la cual seremos felices es vistiendo como ellos, teniendo carros que nunca terminaremos de pagar, siendo justo como ellos, nos hacen creer que nuestro valor como persona radica en el costo y número de pertenencias con las cuales contemos. Inundan el mercado con revistas de moda, solo para después ir comprar la ropa y accesorios que usa el modelo del momento. No hay de que preocuparnos si no contamos con el dinero suficiente, para eso existen las tarjetas de crédito, las cuales hacen todos tus sueños realidad, aunque la pesadilla comience cuando tengas que pagar tu sueño.

Existe tanto potencial entre nosotros y es desperdiciado siendo esclavos de cuello blanco, trabajando en tiendas de autoservicio, sirviendo mesas de gente que nos mira con desprecio y todo para ser parte del mercado, deseando tener una casa y familia digna de presunción. Realizamos trabajos humillantes y odiosos para comprar lo que no necesitamos, creyendo que algún día seremos millonarios, dioses de la pantalla, justo como los modelos que admiramos. Pero tristemente, conforme vamos avanzando nos vamos dando cuenta que eso jamas podrá ser y es justo en ese momento cuando el hoyo crece. La depresión aumenta.

¿Acaso estamos disgustados o molestos por esto? ¿Nos hemos interesado en cambiar la situación y salir de la depresión? Creo que no y lo peor es que la medicina comienza a ganarnos, poco a poco avanza más. Ha hecho una simbiosis con nuestro ser y pensamiento.

Es por eso que ningún partido político propone, por el hecho de que a la gran mayoría no le importa, a mucha gente le da igual que el país este siendo manejado por una serie de corruptos que lo que menos buscan es el beneficio del pueblo. ¿Para qué proponer si el medicamento nos tiene sedados?

Tristemente, nuestra generación esta sedada, cree que ha agotado todas las posibilidades de cambio, no sabe a donde dirigirse, es por eso que se refugia en las adicciones y suicidios, sin dejar de lado los embarazos no planeados y a edad temprana. No ocupamos nuestra mente en propuestas, ya no hablemos a nivel social, ni siquiera a nivel individual existen.

Entonces a dónde hacerse. Los partidos políticos cada vez son peores, los medios de comunicación nos venden fantasías fabricadas, los intelectuales de este país nadan en dinero y están desinteresados por nosotros y a veces pareciera que las adicciones nos han dado el refugio adecuado.

Mi única propuesta es el cultivar nuestra mente y mantenerla ocupada. Bien puede ser a través de algún deporte o el arte, en cualquiera de sus ramificaciones. El punto central está en dejar de observar tanto tiempo la televisión, en demostrarle a los intelectuales que también nosotros podemos hacernos de un nombre dentro del medio y si hemos decidido entran en las drogas, tratar de equilibrarlas para hacerles mella e impedir que su refugio se acrecenté. De esa forma lograremos exigir propuestas de los partidos políticos, nos olvidaremos de sus peleas de chismes y podremos exigir la que más nos convenza.

Para ser sincero, veo aún muy distante el punto en el cual una generación se vuelva a unir y hacer cosas importantes. Para beneficio de unos y desventaja de otros, fuimos educados bajo la insignia individualista, es por eso que nos cuesta tanto trabajo poder ayudar al otro. Aquí juegan un papel importante las humanidades, tienen un trabajo difícil, pero no imposible. Pero no le dejemos todo a ellas, tenemos que comenzar en nosotros mismos.

Las revoluciones no son solamente con armas. Existen revoluciones intelectuales. Aquellas en las que se esperaría no derramar una gota de sangra, pero si de sudor por defender nuestros ideales. Sueño con un México en el cual eso pueda pasar algún día. Me gustaría que el gigante fuera despertado una vez más y demostrara de lo que es capaz. En ese momento, dejaremos de creer en los partidos políticos y veremos por los intereses y beneficios mutuos. Ahora solo espero que esto no quede como una utopía.


ATTE: SEÑOR SIN SENTIDO Y SIN PERTENENCIA



1 comentario:

Dani Sonrisas Màgicas dijo...

Esta cabrón no?
Sabemos en dónde hay que actuar, pero no.
Y es que pienso que hay que ir a la parte medular del problema...porque esta bien bonito hablar y decir que el secreto esta en cultivarnos, en buscarnos en el arte y patrañas de esa talla.
Yo mucho tiempo creí lo mismo,y creí en los libros y en todo el arte de la vida...pero la cultura no lucha sola, y no lucha contra la mente de las personas, ni contra nustras dolencias y la falta de identidad...
Insatisfechos? Deprimidos? Porque no tenemos lo que queremos?
Y que es lo que queremos?
queremos?
Yo creo que más bien deberia ser: QUIERO...para poder decir, SOY.